Mirada Lacustre – fecha 5 y 6 + Previa UdeC

Los porcentajes en la noche de viernes en Ancud fueron paupérrimos. 18 de 63 en tiros de cancha. Sí, 18 de 63 en tiros de cancha, para un 28%. 12 de 42 en tiros de 2 puntos, para un 28%. 6 de 21 desde la línea de tres para un 28%. 9 de 16 desde la línea de libres para un 56%. Así, imposible competir los 40 minutos. 51 puntos totales en la más baja demostración ofensiva de los lacustres en lo que va del transición.

 

Algo extraño para los equipos de Gamarra, pero en la segunda mitad del partido, el equipo se vio derrotado. La racha de los locales que llevó la ventaja sobre los 15 puntos en el tercer cuarto pareció ser suficiente para que Puerto Varas se desconectara del partido. Los intentos de recortar la desventaja se veían imposibilitados ante la nula capacidad ofensiva mostrada durante la segunda mitad llegando a tener una diferencia de sobre los 20 puntos. 

 

En un partido con poco por destacar, la capacidad de anotación de Sebastián Gómez logra llamar la atención. Desde la banca ha tenido la posibilidad de cambiar partidos con su intensidad y con su natural capacidad anotadora. En la visita a Chiloé anoto 12 puntos en 8 tiros de campo. Con promedio de 9.5 puntos (incluido el partido con Las Ánimas donde solo anotó 3 puntos) en 22 minutos de juego en lo que va de temporada, lo de Gómez ha sido una grata sorpresa. 

 

Este comentario va más allá de un partido en particular, pero sirve como una muestra de la situación actual del arbitraje. Ante Ancud, el árbitro Negrón dirigió su cuarto partido ante Puerto Varas Basket, en lo que hasta ese momento era su quinto encuentro. El árbitro Águilar dirigió 3 de los primeros 4 encuentros de Puerto Varas. Puede existir una reestructuración del arbitraje nacional, pero no a cuestas de que el mismo grupo de árbitros vayan dirigiendo la mayoría de los encuentros, con un solo cambio en la terna de un partido a otro. La repetición de árbitros puede crear una tendencia o incluso animadversión ante un jugador o entrenador en particular. Lo mismo pasa con el criterio al cobrar faltas técnicas, faltas antideportivas, donde en un partido se cobran de una manera, en otros partidos de otra manera y los jugadores ni entrenadores tienen claridad del criterio unificado que debiera existir. Preocupante.

 

La noche de domingo en el coliseo fue el mejor partido de Simón Davies con la camiseta de Puerto Varas Basket. Después de jugar 6 minutos 30 durante la primera mitad, Davies fue parte del cinco inicial del segundo tiempo y no salió en el resto del partido, jugando los 20 minutos de corrido. Su aporte fue importante en la defensa zonal con la que inicio el equipo de Gamarra, sin quedar fuera de posición y siempre estando presente en las ayudas defensivas necesarias para cerrar a los tiradores locales. En el costado ofensivo su desempeño fue espectacular, anotando 4 de 5 intentos desde la línea de triples, todos importantísimos para mantener la ventaja/desventaja que existía en el marcador en un partido muy cerrado. Su máxima de puntos en la temporada y en un momento absolutamente necesario. 

 

En una zona sur extremadamente pareja, el triunfo del domingo puede ser clave a la hora de definir las posiciones finales. Los dos triunfos ante Las Ánimas le dan a los dirigidos de Gamarra el desempate ante el equipo “fantasma”, tras derrotarlos de local por 92-89 y en el coliseo por 80-78. De ganar en la próxima visita a Español, o incluso perdiendo por 7 puntos, el desempate quedaría a favor de los lacustres. En los casos de la UDEC, Valdivia y Ancud, con el fin de tener el desempate se necesitan victorias y por una cantidad de puntos considerable (19, 18 y 20 puntos respectivamente), una tarea mucho más compleja.

 

El partido del domingo mostró una mucho mejor cara en el costado ofensivo de la cancha. Una muestra de esto es la cantidad de asistencias que el equipo repartió durante los 40 minutos. 22 asistencias y un incremento de 14 respecto al partido ante ABA Ancud (8). Por supuesto, mucho tiene que ver con que la pelota entre al aro o no, pero el nivel de juego y de movimiento del balón mostrado en el ataque fue infinitamente superior en el coliseo. Muchos de los tiros fueron abiertos, después de buenas rotaciones de balón, destacando el juego de Joshua Morris y Nicolás Villagrán en esta faceta del juego. El juego de poste a poste entre Morris y Pickett sobresalió, donde la mayor parte de las 8 asistencias del americano fueron en dirección del seleccionado nacional, en la pintura y hacia la línea de tres puntos. Ante la baja en minutos de Benjamín Pérez y las pérdidas de balón de Gómez y Ovando (4 cada uno), Villagrán tomó la conducción de la media cancha y como suele ocurrir, rindió a gran nivel, siempre haciendo lo que el equipo necesite en determinado partido. 

 

La explosión ofensiva que todos esperábamos del seleccionado nacional. Desde un comienzo del partido, Aitor fue quién mantuvo la anotación de Puerto Varas, anotando 13 puntos en el primer parcial de juego, con 5 de 7 en tiros de cancha y una preponderancia total en el resultado del primer parcial (23-21 arriba). El resto del partido fue una muestra de la capacidad ofensiva que podemos esperar del “7” lacustre. Aprovechando cortes a la canasta ante las doble marcas a Morris, corriendo la cancha y definiendo contragolpes, tirando desde los 6.75 con altos porcentajes y sin forzar el juego en el poste bajo, que le trajo complicaciones y tiros de bajo porcentaje en las primeras cinco fechas. 30 puntos en 11 de 14 en tiros desde la cancha (con 7 de 8 en tiros de 2 pts., y 4 de 6 en tiros de 3 pts) y 4 de 8 desde la línea de libres.

 

 

En noche de jueves, Puerto Varas Basket recibe a la Universidad de Concepción, actual campeón de la Liga Nacional y puntero de la zona sur del transición con 5 victorias (consecutivas) en 6 encuentros. Una nueva temporada, con un plantel que ha sufrido una reestructuración ante la salida al extranjero de Carrasco y Silva, más la lesión de Aguirre de la semana pasada, traerán a un equipo con nuevos jugadores y algunas caras conocidas.

 

Es de público conocimiento que Stephen Maxwell es un jugador absolutamente dominante en nuestra liga, y el inicio del transición lo confirma. Ante la pérdida de gol por la salida de los seleccionados nacionales, Maxwell ha incrementado su producción anotadora, donde a excepción del primer partido ante Valdivia, donde la UDEC se vio sobrepasada, el americano no ha anotado menos de 21 puntos (máxima de 31) ni bajado menos de 8 rebotes (máxima de 13) para promedios totales de 23.1 puntos y 10.8 rebotes en 61,6 % de cancha y 76.7% desde la línea de libres.

 

La salida de Carrasco motivó a la dirigencia penquista a buscar los servicios de un base extranjero, en este caso de Manny Payton, con pasado en la UC y Sportiva, con el fin de igualar la carga ofensiva de la media cancha de los dirigidos de Gómez, respecto a lo mostrado los años anteriores. Sus números demuestran que su misión principal es la de anotador, tomando una alta cantidad de tiros de cancha (18, 11, 14, 7, 25 y 21) para suplir la falta de gol en el plantel universitario. 

 

El resto del plantel penquista tiene a los viejos conocidos, el especialista defensivo Diego Low, que puede tener noches inspiradas desde la larga distancia (como en la semifinal de Copa Chile), al multifuncional Kevin Rubio, que puede causar caos en el sector defensivo por su potencia y se puede transformar en un problema si tiene una buena noche desde los 6.75 (como tuvo en el partido de fase regular de la liga en Puerto Varas), el poder reboteador de Carlos Milano, que suele complicar a los internos lacustres en el control del rebote defensivo, la experiencia de Marechal desde la base, Vander Steel y Saravia, que poco a poco van teniendo más minutos y pueden causar desequilibrio desde sus posiciones de penetrador/lanzador y organizador de juego, respectivamente. Ninguno en este grupo supera los 11 puntos de promedio, pero son parte integral del conjunto universitario.

 

Detener el contragolpe, debe ser una de las máximas para la noche de jueves, donde Maxwell suele sobresalir y anotar una gran parte de sus canastas y también la defensa del pick and roll entre los americanos visitantes, que tienen mucho poder de gol y pueden desequilibrar el partido. La ayuda al defensor de turno de Maxwell y la rotación en defensa a los tiradores abiertos serán muy importantes a la hora de mantener a los visitantes en una anotación más baja. Un partido complicado para Puerto Varas Basket, que el pasado año demostró estar a la altura de las circunstancias ante los equipos poderosos del país. A repetir esto.