Javier Barrios

El capitán de Atlético Puerto Varas ha superado los 200 partidos oficiales con el club lacustre, convirtiéndose en el primer jugador en la historia en alcanzar este hito. Además, es el líder en partidos jugados, puntos anotados y asistencias en la historia del club, y el único en defender la camiseta de Puerto Varas en todas sus temporadas en la Liga Nacional Uno. Con casi 6 años en el equipo, ha tenido una de sus mejores temporadas. Actualmente como jugador libre, el histórico de Atlético Puerto Varas repasa lo que ha sido su carrera en la Ciudad de las Rosas.

 

Tienes 214 partidos oficiales con Atlético Puerto Varas. ¿Imaginaste que tu carrera se desarrollaría principalmente en Puerto Varas, considerando tus inicios en Ancud?

Empecé en Ancud, donde jugué dos temporadas. Luego, llegué al CEB Puerto Montt por motivos universitarios, pero nunca pensé que terminaría en Puerto Varas. Cuando llegué aquí, tampoco esperaba jugar tantas temporadas. Estoy muy contento con cómo se ha dado todo. Llegué como juvenil y ahora soy el capitán del equipo, con varios récords, incluyendo el de partidos jugados. Estoy muy satisfecho con la trayectoria que he construido aquí y el nombre que he dejado en Puerto Varas en el básquetbol. Me siento feliz y espero poder seguir haciendo historia en esta ciudad. Ahora que nuestros contratos han terminado, estamos en una etapa incierta, pero si puedo continuar, me encantaría seguir contribuyendo aquí.

 

¿Cómo fue tu llegada a Atlético Puerto Varas en la temporada 2018-19 con el profesor Álvarez, después de jugar en Puerto Montt la temporada anterior?

Primero estuve en el CEB y después jugué un tiempo en el Club Escolar Alemán, en la Liga Saesa. Durante esa temporada, llamaron a varios jugadores de Alemán, y yo estaba entre ellos. Históricamente, el Club Cultural solía tener a la mayoría de los jugadores de la liga Saesa, como Ronald Cruces, Marquis Johnson, y Humberto Carrizo, y no se tomaba mucho en cuenta a los de Alemán. Pero tuve una buena temporada y decidieron llamarme. Mi primera temporada en Puerto Varas coincidió con algunas lesiones de Ronald Cruces, lo que me permitió asumir el puesto de base. Esto me dio mucha confianza y me permitió jugar varios partidos desde muy joven. Eso me ayudó mucho para continuar en la siguiente temporada y eventualmente convertirme en el base titular del equipo. Tuve un poco de suerte con cómo se dieron las cosas, pero me sirvió bastante para lo que vino después.

 

En tus dos primeras temporadas con Jorge Luis Álvarez, jugaste 70 partidos. ¿Qué recuerdas de esos equipos y la dinámica, especialmente con la pandemia y los cambios en el plantel?

Si, jugué muchos partidos. En esas temporadas tuvimos una buena relación con el profe, nos conocíamos desde que yo era chico, lo que facilitó la dinámica interna. En la primera temporada, el equipo estaba compuesto principalmente por jugadores locales, sin muchos refuerzos externos. En la segunda temporada, llegaron jugadores como Alejandro Vergara y varios extranjeros, lo que aportó mucha experiencia al plantel. Aunque tuvimos varias lesiones que complicaron las cosas, aprendimos mucho de esas dificultades. Si no me equivoco, esa segunda temporada fue la de la pandemia. Nos encontrábamos peleando el descenso, y de alguna manera, la pandemia nos ayudó a evitarlo. A pesar de los retos, fue un equipo con mucha trayectoria y experiencia. Personalmente, traté de aprender lo máximo posible de todos ellos. Aunque esa temporada tuvo muchos aspectos negativos, hubo también mucho aprendizaje. Creo que fui el único que continuó en el equipo para las siguientes temporadas, después de que se reorganizó completamente el plantel.

 

¿Cómo comparas los equipos de las dos temporadas? ¿Por qué crees que un equipo que, en teoría, era menos fuerte, tuvo un mejor desempeño?

A lo largo de mi carrera, me he dado cuenta de que ciertos factores son cruciales para tener un equipo competitivo, y uno de ellos es la importancia de tener un plan a largo plazo. En el papel, teníamos un plantel muy bueno, y como mencionas, ese equipo parecía superior al de la temporada anterior. Sin embargo, tener muchos jugadores nuevos implica el riesgo de que no todos se lleven bien en la cancha o se entiendan entre sí. Creo que eso nos afectó, ya que el plantel era completamente nuevo y, a pesar de tener muchas figuras, no logramos funcionar bien en conjunto.

Si observas a los equipos que siempre están en la cima de la tabla, como Universidad de Concepción, mantienen el mismo plantel por varios años. Aunque los jugadores extranjeros cambian, siempre traen refuerzos en las mismas posiciones, lo cual crea una consistencia. Lo mismo ocurre con Leones, un equipo que ha mantenido la misma base de jugadores durante muchos años. Las Ánimas y Ancud también han seguido este enfoque, manteniendo la estabilidad en sus planteles.

En Puerto Varas, estamos tratando de implementar esta estrategia: mantener la base de jugadores y, si es posible, el cuerpo técnico, para lograr frutos a largo plazo, siguiendo el ejemplo de los equipos más grandes del país.

Arroyo en una de sus primeras fotografías con la camiseta de Atlético Puerto Varas (Fotografía: Atlético PV)

¿Cómo viviste la temporada después de la pandemia, con la renovación del plantel y la llegada del DT Leo Monsalve?

La temporada después de la pandemia fue positiva, aunque bastante complicada para todos. Nosotros, en Atlético, comenzamos a trabajar con varios meses de anticipación cuando supimos que la temporada se llevaría a cabo. Formamos el equipo y empezamos a entrenar por Zoom, lo cual nos ayudó mucho. Esto se notó al inicio de la temporada, ya que estábamos en mejor forma física comparados con otros equipos. Solo continuamos Nico Villagrán y yo entre los jugadores que jugaban regularmente, ya que Joaquín Pino y Alejandro Zuhayle no estaban mucho en la rotación. Se sumó, si no me equivoco, Juan Fontena, Rodrigo Muñoz, y vino Arnold Louis, un extranjero de calidad. También teníamos a Héctor Gómez, y logramos formar un buen vínculo entre todos. Leo supo manejar muy bien el grupo, lo que contribuyó a una temporada bastante buena para nosotros tanto a nivel personal como de equipo. Con solo un extranjero, y con la suerte de tener a Arnold, que es un jugador de calidad, pudimos tener una temporada exitosa. Esa fue la temporada de la pandemia, en la que ganamos nuestra primera Copa Chile.

 

¿Cómo fue la transición de vuelta a la Liga tras ganar la segunda Copa y llegar a las semifinales? ¿Sentías que con el bicampeonato Atlético subía de categoría o aún había aspectos por mejorar?

Ganar el bicampeonato de la Copa Chile posicionó a Atlético entre los mejores equipos del básquetbol chileno. Hasta esa fecha, creo que nadie había logrado un bicampeonato en Copa Chile. Estábamos en un buen momento, pero la eliminación en la Liga Nacional (2021) nos afectó. Veníamos con mucha confianza y quedarnos fuera en la Liga, justo después de ese logro en la Copa Chile, fue un golpe duro. Teníamos la esperanza de llegar a la final, o al menos alcanzar una posición destacada. No se logró, pero la victoria en la Copa Chile nos dio una sensación de estar en la cima. Sentíamos que estábamos dentro de los mejores equipos y que éramos competitivos. Sin embargo, seguíamos con esa espinita de no poder alcanzar el mismo éxito en la Liga Nacional. Nos quedábamos en cuartos o en esas etapas, y nunca pudimos llegar a la final, lo que nos dejó con ese deseo no cumplido.

 

¿Cómo fue la sensación de perder en casa la Supercopa 2021 contra la UdeConce, y cómo manejaron esa situación como equipo?

Perder en casa contra la Universidad de Concepción fue realmente duro. Nosotros, como equipo, siempre tenemos la mentalidad de ganar, especialmente jugando de local. Sabíamos que Concepción era un rival fuerte, pero también confiábamos en que éramos un buen equipo. Enfrentamos el partido de la mejor manera posible, y fue una competencia muy reñida, punto a punto. Sin embargo, Conce supo manejar mejor el último cuarto y cerrar el partido a su favor, lo que no nos permitió alcanzar la victoria. Fue un sentimiento no tanto de tristeza, sino de frustración, porque confiábamos en nuestro trabajo y sentíamos que todo lo que habíamos hecho nos ponía en posición de ganar la Supercopa. Lamentablemente, no se dio. Nos quedamos con la sensación de que, a pesar de tener lo que considerábamos el mejor equipo posible, no logramos nuestros objetivos en ese partido crucial.

Patricio y el plantel de Atlético PV, bicampeón de Copa Chile en 2021 (Fotografía: LNB)

¿Cómo empezó la Liga 2022 para ustedes, con un plantel fuerte en el papel, incluyendo a Bernardo Polanco, Pablo Rivas, Juan Fontena y Franco Morales? ¿Cuál fue tu perspectiva sobre esa temporada y su rendimiento comparado con la UdeC?

Teníamos un plantel muy fuerte en el papel. La llegada de Franco fue una gran ayuda; todos conocemos su nivel, además de los extranjeros que teníamos y de Juan, que estaba en un excelente momento. Empezamos bien la temporada, pero recuerdo que llegamos a enfrentarnos al Castro con Gamarra como DT. A pesar de tener un muy buen plantel, Castro planteó muy bien el partido. Nos faltó saber cómo atacarlos y defendernos adecuadamente. Recuerdo que en el entrenamiento del segundo día en Castro, tratamos de encontrar la manera de atacar y defender, pero no supimos aplicarlo en el partido. Se repite la historia de otras temporadas donde tuvimos mala suerte con algún extranjero, cambios de último momento o lesiones. Esa mala suerte nos afectó, y no logramos consolidar nuestro rendimiento en el partido.

 

¿Crees que ganar una Supercopa o avanzar más en una Liga, podría cambiar el rumbo de la institución y elevar el nivel del club?

Sí, definitivamente. Los resultados son cruciales para la percepción de la institución, en este caso del club. Ganar títulos o tener buenos desempeños hace que el club se vea más atractivo, especialmente a nivel económico. Las instituciones que pueden financiar al club suelen interesarse más en un equipo ganador que en uno que queda a mitad de tabla o lucha por no descender. Estos logros aportan en muchos aspectos: permiten atraer mejores jugadores, mejorar el día a día del club, desde el gimnasio hasta la calidad de los viajes y estadías en otras ciudades. Todo esto contribuye a que los jugadores puedan desempeñarse de la mejor manera posible. En esta Liga Nacional, los detalles importan mucho. Nosotros nos entrenamos para dar lo mejor en la cancha y obtener buenos resultados, tanto para nuestro crecimiento personal como para mantenernos competitivos. Estar en constante competencia y obtener logros es fundamental, ya que nadie te garantiza que seguirás jugando la próxima temporada o dentro de dos años. Por eso, tanto a nivel de equipo como de institución, los logros son muy importantes para asegurar el rendimiento y la estabilidad.

 

En la última temporada de Leo Monsalve, ¿cómo viviste la etapa como capitán y la salida del técnico, considerando que el plantel no rindió como se esperaba?

Fue una temporada complicada. Al inicio, comenzamos bastante bien, estando a media tabla y compitiendo. Sin embargo, llegó un punto, más o menos a mitad de la competencia, donde las cosas empezaron a ir mal. Dejamos de ganar y encadenamos una racha de derrotas, tanto de local como de visitante. Si no me equivoco, tuvimos una racha de siete u ocho partidos consecutivos perdiendo. Luego, se dio la salida de Leo, quien no pudo continuar debido a problemas personales. Mauricio Robles asumió el cargo y trató de hacerlo lo mejor posible, pero ya estábamos en una situación muy complicada. Nos sentíamos atrapados, sin encontrar la forma de cambiar el rumbo del equipo. Aunque Juan Fontena y yo hablábamos mucho sobre cómo mejorar, no logramos revertir la situación. Terminamos la temporada jugando en Concepción, perdiendo por más de 30 puntos en la última fecha. Esta última temporada de Leo fue, en mi opinión, más dura que la temporada de la pandemia, en la que casi descendimos. Fue difícil no solo por los resultados, sino también por cómo nos sentíamos como equipo. Fue una temporada realmente dura.

 

¿Cómo comparas esta temporada tras la llegada de Damián Gamarra con la anterior, la más dura? Aunque ambos resultados fueron similares, ¿hubo diferencias en la sensación del equipo y en el desempeño?

Esta temporada, con la llegada de Damián y la renovación del plantel, se sintió diferente a pesar de que el resultado final fue similar, terminando en décimo lugar. El formato de play-in nos hizo parecer que llegamos un poco más lejos, pero al final seguimos en la misma posición. Nuestro objetivo era clasificar a los playoffs directamente, idealmente en el sexto lugar. Sin embargo, cuando quedaban unas cinco o seis fechas y vimos que eso no era posible, ajustamos nuestras metas a clasificar lo mejor posible, quizás séptimos u octavos. Pero ni eso alcanzó, y terminamos en décimo lugar.

A pesar de todo, esta temporada no me dolió tanto como la anterior. Fue distinta porque, aunque enfrentamos factores externos como lesiones, especialmente mi lesión en los últimos cinco partidos, y la salida de Romeo Ferguson, el equipo se mantuvo unido. A diferencia de la temporada pasada, el vínculo entre los jugadores nacionales y el cuerpo técnico fue sólido. Hubo muchos cambios en los extranjeros, lo que dificultó crear una cohesión con ellos, pero el equipo en general trabajó bien y confió en su trabajo. Creo que la falta de éxito esta vez se debió más a circunstancias externas y no tanto al esfuerzo o la calidad del trabajo que se hizo, tanto por parte del cuerpo técnico como de nosotros en los entrenamientos y durante la semana.

 

¿Te gustaría que el proyecto con el actual cuerpo técnico continúe, considerando las nuevas incorporaciones como Iván Gallardo y el preparador físico Patricio Ulloa? ¿Crees que está en el camino correcto?

Sí, definitivamente me gustaría que este proyecto continúe. Como mencioné antes, soy partidario de generar proyectos a largo plazo. No puedes esperar que un entrenador te haga campeón en una sola temporada. En el caso de Damián, creo que se le debería dar más tiempo para formar su grupo y convertir al equipo en uno competitivo. Tal vez no lo veamos de inmediato esta temporada o la siguiente, pero el éxito no llega si cambiamos constantemente la plantilla y cuerpo técnico. En los últimos años, pasábamos de tener dos o tres jugadores de una temporada a otra, lo que hacía muy complicado lograr buenos resultados. El club está tratando de mejorar esto, al menos manteniendo una base de jugadores y cuerpo técnico para las próximas temporadas. Siento que este enfoque dará frutos a largo plazo.

Arroyo en su penúltimo partido por Atlético Puerto Varas (Fotografía: Atlético PV)

¿Crees que los problemas administrativos y no clasificar a playoffs en las últimas dos temporadas afectan el atractivo de Atlético para atraer nuevos jugadores?

Sí, definitivamente. Desde la perspectiva de un jugador, si un equipo que está interesado en ti no tuvo buenos resultados la temporada pasada, puede no parecer tan atractivo, sin importar factores como la ciudad o el salario. Al final, lo que uno busca es un equipo con aspiraciones de ganar campeonatos y obtener buenos resultados. Si ves que un equipo ha tenido dos temporadas con malos resultados, probablemente no será tu primera opción. Lamentablemente, esta temporada no nos fue bien. Tuvimos varias lesiones y en las últimas cinco fechas no jugué, y solo ganamos uno de esos partidos decisivos que eran claves para meternos en los playoffs, pero no se dio. También tuvimos la mala suerte de que los extranjeros no rindieron como esperábamos. Creo que tuvimos siete extranjeros en total, que es el límite, pero solo Rasas y Ferguson realmente cumplieron con las expectativas. Es complicado cuando no se tiene el rendimiento esperado de los extranjeros, ya que ellos son fundamentales en la cancha. Además, hubo problemas logísticos con las canchas y los entrenamientos, lo que también nos afectó. Estos factores combinados explican muchos de los problemas que tuvimos esta temporada.

 

¿Cómo evalúas esta temporada en la Liga a nivel personal? ¿Cómo te sentiste en la cancha?

Estoy bastante conforme con esta temporada. Siempre hay cosas por mejorar, pero en general me siento satisfecho. Tenía varios objetivos para la Liga, los cuales discutí al principio con Damián. En la Copa Chile no iba a tener tantos minutos porque estaba terminando mi carrera en enfermería, una carrera que requiere mucho tiempo y dedicación. Tenía turnos de lunes a sábado, nueve horas al día, además de los entrenamientos, lo que me dificultaba rendir al máximo en ese momento. Se lo planteé a Damián antes de unirme al equipo, y él confió en mí a pesar de saber que mi participación en la Copa Chile sería limitada. Sin embargo, una vez terminada mi carrera, pude dedicarme completamente al básquetbol para la Liga Nacional, lo que significó un cambio total para mí.

Sentí que pude liderar el equipo y me sentí confiado tanto dentro como fuera de la cancha. Aunque tenía expectativas altas y un objetivo de lograr mejores números, siento que hice una buena temporada y pude contribuir al equipo de la mejor manera posible. Personalmente, estoy ya enfocándome en los objetivos para la siguiente temporada. Quiero superar lo que logré esta vez, y para eso ya estamos entrenando desde el lunes después de nuestra eliminación. Estoy contento porque sé que el trabajo está hecho. Si en la cancha no se dan las cosas como esperamos, tengo la tranquilidad de haber trabajado como debía. Las cosas pasan por algo y creo que estamos en el camino correcto.

 

¿Crees que esta ha sido tu mejor temporada en Atlético?

Sí, en lo que respecta a mi temporada, creo que el factor principal ha sido poder dedicarme al 100% al básquetbol. Ningún jugador que combine estudios y básquetbol profesional puede rendir al máximo en ambos. Son muy pocos los jugadores en la liga chilena que han podido terminar sus estudios mientras juegan en primera división, y eso no es común. Esto también ha influido en mi desempeño.

 

¿Cómo describirías la gestión emocional del equipo esta temporada, considerando los momentos de frustración que se observaron durante los partidos?

Sobre la gestión emocional del equipo,creo que el público pudo notar que en algunos momentos “se nos salía la cadena”, por así decirlo, con varias faltas técnicas tanto para los jugadores como para la banca. Esto se debe a que éramos un equipo relativamente joven y con poca experiencia en general. Sacando a Tomás Álvarez y a mí, los otros jugadores no habían tenido tanta experiencia. Aunque Nico ha estado en el club por mucho tiempo, no solía tener tantos minutos. Gabriel Díaz, Gabriel Hermosilla y Nahuel Martínez, aunque han jugado en otros clubes, tampoco tenían una amplia experiencia.

Teníamos buenos jugadores, pero nos faltaba madurez y experiencia en algunos aspectos. Tomás y yo tratamos de ayudarlos a mantener la calma, pero hubo algunos episodios en partidos que perjudicaron en ciertos momentos, aunque no fueron el factor principal de nuestros problemas en la cancha.

 

¿Cuáles son tus cinco momentos más significativos con Atlético, ya sean partidos, títulos o fuera de la cancha?

Los dos primeros momentos más importantes para mí son, obviamente, las dos Copas Chile que ganamos. Esos títulos fueron grandes logros para el equipo y para mí personalmente. Además, hay dos hitos personales que siento que fueron importantes para mí y en los que el club y mis compañeros jugaron un papel crucial. Uno fue mi titulación en enfermería. Podría haber sido complicado porque podía haber tenido un equipo que se quejara de que no asistía a los entrenamientos o que tenía que cambiar horarios por mi carrera, pero todos entendieron mi situación y me apoyaron mucho. Agradezco profundamente el apoyo del plantel, cuerpo técnico y dirigencia durante ese tiempo.

El segundo hito personal fue mi matrimonio. Siempre se dice que lo más valioso que queda del básquetbol son las amistades, y yo realmente lo creo. Mi boda fue un momento muy importante para mí, y tener a varios compañeros del equipo allí fue muy especial. La pasamos muy bien juntos, y tenerlos a mi lado en ese momento significativo fue algo que valoro mucho.

El quinto momento que destaco es esta última temporada. A pesar de que no ganamos campeonatos y quedamos en décimo lugar, siento que fue mi mejor temporada en lo personal. Comentamos en la entrevista que el formato del play-in hizo que la posición final se viera un poco mejor. Sin embargo, lo importante para mí fue demostrarme que podía rendir dedicándome por completo al básquetbol, después de haber extendido tanto mi carrera académica debido al básquet. Ver que podía rendir bien al dedicarme al 100% a esto fue una gran satisfacción y algo muy importante para mí en Atlético.

 

¿Cómo han afectado tu titulación y tu matrimonio tus prioridades? ¿Sigues comprometido al 100% con el básquetbol o considerarías dedicarte solo a la enfermería si surge una buena oportunidad?

Estos hitos me han hecho reflexionar mucho sobre mis prioridades. Esta última temporada, especialmente con el rendimiento que tuve, me convenció de seguir priorizando el básquetbol al menos para la temporada 2024-25. Siento que todavía puedo dar mucho en mi carrera deportiva y estoy en una etapa crucial. Por eso, he decidido mantener el básquetbol como mi principal enfoque en este momento.

No descarto la posibilidad de trabajar en enfermería durante 2024-25, pero siempre priorizando el básquetbol. En cuanto a mi esposa, ella siempre me ha apoyado incondicionalmente y entiende la importancia que tiene para mí seguir en el básquet. Ella es mi pilar número uno, y cualquier decisión que tomemos, sé que estará a mi lado apoyándome.

 

¿Te ves continuando en Atlético tras esta gran temporada? ¿Qué planes tienes para el futuro y estás abierto a ofertas de otros equipos?

Es una pregunta difícil. La temporada pasada recibí varias ofertas, pero una de las razones por las que me quedé en Atlético fue para terminar mi carrera en enfermería. Ahora que la he completado, estoy abierto a considerar ofertas que puedan llegar esta temporada. No estoy diciendo que las tomaré de inmediato, pero estoy dispuesto a negociar seriamente con otros equipos. Siempre hay lealtad hacia Puerto Varas; es un equipo al que tengo mucho cariño. He podido convertirme en un jugador histórico aquí, siendo el capitán y la cara visible del equipo. Por supuesto, me gustaría seguir aportando y quizás ganar otro campeonato con ellos. Pero en cuanto a mi futuro inmediato, no tengo nada claro aún. Algunos equipos todavía están en competencia, así que creo que, en aproximadamente un mes y medio, habrá más claridad sobre mi próximo paso. Por ahora, no puedo decir con certeza qué haré.