1 a 1 con Javier Chamy, puertovarino en el básquet escolar de EE.UU.: “Me gustaría representar a Chile algún día”

Javier Chamy Garrido, un joven basquetbolista nacido en Puerto Varas el 17 de julio de 2006, mide 1.86 metros y pesa 75 kilos. Ha llevado su pasión por el básquetbol a nuevos horizontes en Estados Unidos. Exalumno del Colegio Germania, Javier comenzó su trayectoria deportiva desde muy pequeño, destacándose en el equipo escolar de su colegio y en el CDSC Puerto Varas. Desde sus primeros pasos en el básquetbol, su familia hizo grandes sacrificios para llevarlo a los entrenamientos y apoyarlo en cada etapa de su desarrollo. En plena pandemia, su talento le abrió las puertas a un programa deportivo en Miami, donde posteriormente estudió y jugó durante dos años en la Schoolhouse Preparatory, y más tarde en la Downey Christian School en Orlando. Además de su destacada carrera deportiva, Javier ha demostrado una gran dedicación académica, siendo parte del cuadro de honor por excelencia académica y progreso deportivo en sus colegios. A lo largo de su formación, Javier compartió cancha con jugadores que ahora están comenzando sus carreras en el profesionalismo. En esta entrevista, nos comparte su historia, los desafíos que ha enfrentado y sus sueños de futuro en el mundo del básquetbol.

 

¿Cómo fueron tus inicios en el deporte y en qué momento decidiste enfocarte en el básquetbol?

Nací en Puerto Varas y siempre estuve en el Colegio Germania. Entré en Pre-Kinder y, alrededor de primero o segundo básico, comencé a jugar básquet en el colegio. Inicialmente, me interesaba el fútbol, pero el básquetbol llamó mi atención porque todos lo jugaban en ese tiempo. Así fue como desde pequeño empecé a entrenar y a desarrollar mi pasión por este deporte.

 

¿Tuviste algún profesor que marcó tu desarrollo en el deporte?

En el Colegio Germania, siempre estuve con Pedro Montiel. Desde primero básico hasta que me fui en primero medio, él fue una figura constante en mi desarrollo. Me ayudó mucho, siempre fue muy amable y me apoyaba en todo. Gracias a él, siempre jugaba en una categoría más arriba, lo cual fue de gran ayuda para mi crecimiento como jugador.

 

¿Tienes recuerdos de compañeros del Germania que sigan jugando al básquetbol?

Sí, en los últimos años estuve con Thomas Ojeda, quien llegó cuando yo estaba en octavo básico. Pero con quien siempre jugué fue con Francisco Saravia, Panchito. A pesar de que es dos años menor que yo, siempre jugó en mi categoría y estuvimos juntos desde pequeños en el colegio.

 

¿Cómo se dio tu llegada al CDSC Puerto Varas y cómo recuerdas esos primeros años?

Recuerdo que el CDSC Puerto Varas estaba en la Liga Nacional del 2015-16 y apareció en el diario que había un partido de ellos. A mi papá le gusta el básquetbol, jugó cuando era pequeño en Valparaíso, en el Árabe. Vimos en el diario que había un partido y fuimos a verlo, y ahí nos enteramos de que el club tenía series menores. Yo ya estaba interesado en el básquetbol desde el colegio, así que empecé a entrenar en el club con el profesor Luis Rodríguez, con quien aún tengo contacto. Tenía 9 años y entré a la categoría U11, porque no existía la U9. De esa categoría tengo contacto con la mayoría de los compañeros; se formó un muy buen grupo y muchos seguimos siendo amigos de toda la vida.

¿Qué sentiste al ver al equipo adulto del CDSC Puerto Varas y cómo influyó eso en tu amor por el básquetbol?

Ver al equipo adulto del CDSC Puerto Varas fue una experiencia increíble y me hubiera encantado debutar profesionalmente en Puerto Varas. Creo que ese fue el momento en que realmente me enamoré del básquetbol. Fue al verlos jugar que me motivé a dedicarme seriamente a este deporte.

 

¿Recuerdas algunos compañeros del CDSC Puerto Varas y que aún sigan jugando?

Estaba con Vicente Araya que sigue en el CDSC Puerto Varas, con Martin Zapata, Vicente Saldivia, Carlos Sánchez que también siguen, con Martín Coronado, que se fue a España y ahora está allá estudiando. Puede ser que se me vaya uno, pero con ellos son como los con más contacto que tengo.

Gerald (Holtheuer) llegó en U13, que ahora está en Atlético Puerto Varas. Estoy muy feliz por Gerald, igual su carrera ha sido sacrificada, viajar de Calbuco a entrenar todos los días, siempre admiré eso de la familia de Gerald, la verdad siempre ha sido sacrificado, entrenaba harto y se lo merece.

 

¿Cómo fue tu experiencia en las diferentes categorías de la Liga Saesa y cuál fue tu relación con el entrenador Patricio Robles?

Estuve siempre en la U15 y después fui un verano (estadounidense) y jugué media Liga Saesa, el 2022 creo, pero jugué en total dos Liga Saesa en U11, dos en U13 y una en U17. Con el profe Pato estuve desde la U13 en adelante, bien con él igual, siempre me escribía, me ayudó mucho, yo creo que él fue una de las personas que más me ayudó en la competencia, que más me marcó en el básquet. Siempre fue un pilar importante, aprendí muchas cosas de él.

¿Cómo surgió la oportunidad de ir a Estados Unidos y cómo fue tu experiencia inicial allí?

La oportunidad surgió a principios de 2021, cuando fui a un campamento al que viajé en Año Nuevo. La mamá de un conocido, Raimundo Orrego, que está jugando en Italia, le comentó a mi papá sobre esta oportunidad. No lo pensé dos veces; si me daban la oportunidad, yo iba a ir. Fuimos al campamento con Rai y Cristóbal Ojeda, que ahora juega profesionalmente en CEB Puerto Montt. Pasamos dos semanas entrenando y jugando partidos. Fue en ese campamento donde conocí a mi actual entrenador, Patricio Alerte, y jugué contra el primer colegio en el que estuve en EE.UU. Me fue bien y fue una experiencia muy enriquecedora. A los meses, en abril de 2021, llamaron a mi papá para decirle que había una oportunidad para que me fuera a Miami. Tenía 14 años y, aunque estaba muy nervioso, sabía que debía tomar la oportunidad. Siempre he creído que si se presenta una oportunidad, es por algo, así que no lo dudé.

 

¿Cómo fue el proceso de adaptación al nuevo entorno y qué desafíos enfrentaste?

Me fui solo y el primer año viví con una familia chilena. Siempre pensé que sería solo por un año y luego volvería a Chile, al Colegio Germania. Sin embargo, casi al final de ese año, me fue bien y el entrenador (Patricio Alerte) me dijo que no quería que me fuera, que quería que me quedara. Habló con mis papás y decidí quedarme el segundo año. No fue fácil; las culturas eran diferentes y yo no hablaba inglés. Fue complicado, pero tuve que estudiar mucho y sacrificarme bastante. Al final, esa experiencia me fortaleció y me permitió crecer tanto personal como profesionalmente.

 

¿Cómo describirías tu primer año en el colegio de Miami y qué logros obtuviste?

En el colegio de Miami, jugamos en una liga independiente a nivel nacional y regional. Había dos equipos: el regional, que generalmente incluía a los de primer y segundo año, y el nacional, con los de tercero y cuarto año. El nivel era muy alto. En mi primer año, jugué en el equipo regional y obtuve el premio al mejor jugador defensivo de toda la temporada. Esa temporada fue difícil, pero logré salir adelante. Se juega mucho aquí; entre ligas y torneos, se pueden llegar a jugar cuatro o cinco partidos a la semana. Además, me subían al equipo nacional, así que algunos partidos los jugaba con mi categoría y en otros me sentaba en la banca del equipo nacional, lo cual fue una gran oportunidad para aprender. También entrenaba con ambas categorías, lo que me ayudó a mejorar y adaptarme al nuevo entorno rápidamente.

 

¿Había mucha diferencia cultural y de otros aspectos?

Sí, había mucha diferencia, incluso entre los latinos. En este programa hay muchos latinos, y el físico de mis compañeros era muy diferente: muchos eran más grandes, fuertes y rápidos que yo. Tuve que trabajar mucho porque llegué muy flaco. Los entrenamientos de pretemporada se enfocan mucho en pesas, correr y ejercicios específicos de básquetbol, pero en general se centra más en el trabajo físico que en el juego en sí. Te preparan físicamente para competir a alto nivel. Si estás en un colegio top, tendrás acceso a todo, pero en el colegio donde empecé había kinesiólogo y un cuerpo técnico compuesto por cuatro o cinco entrenadores.

 

¿Cómo fue el segundo año en EE.UU.?

El segundo año ya estaba jugando en la Liga Nacional, y aunque fue complicado, también fue muy enriquecedor. Teníamos un equipo con jugadores de diferentes países, como República Dominicana, Venezuela y Puerto Rico. Hicimos una buena liga y recibí un premio personal en mi colegio como el jugador con más progreso de la temporada. Ese año también vino Benjamín Araya del CDSC Puerto Varas, y nos apoyamos mucho mutuamente. Con Benja compartimos habitación y, como nos conocemos desde hace tiempo, él y su hermano son como familia para mí. Era como estar con un hermano. El primer año viví con una familia chilena y el segundo año en la residencia del colegio.

Con Benjamín siempre hablábamos de nuestros objetivos y sueños. Mi objetivo es jugar a nivel universitario aquí y luego llegar lo más lejos posible, quizás a Europa. Sabía que con Benja solo estaría un año, ya que él vino a terminar su último año de colegio. Aunque estaba preparado para su regreso a Chile, fue triste despedirme porque nos apoyábamos mucho.

 

¿Cómo ha sido tu tercer año en Estados Unidos y cómo has manejado los cambios y adaptaciones necesarias? ¿Cómo se dio tu cambio de equipo?

Mi tercer año aquí ha sido lleno de cambios. Comencé el año en Miami, pero sabía que me iba a ir. Tuve que esperar un tiempo para que se hiciera el transfer, así que pasé los primeros dos meses y medio, tres meses de clases en Miami, y luego me trasladé a Orlando. No fue fácil; fue un cambio total. Llegué a un entorno nuevo con gente nueva y un equipo que ya estaba formado, además de que la temporada ya había comenzado. Fue complicado, pero tuve que adaptarme y sacar adelante la situación. Estos tres años en Estados Unidos han sido desafiantes, pero también muy enriquecedores, y han requerido mucha adaptación y esfuerzo constante.

El cambio de equipo se dio porque el entrenador con el que estaba en Miami, Patricio Alerte, que hizo que me quedara el segundo año, se trasladó del colegio de Miami al de Orlando, donde estoy actualmente. Cuando fui de vacaciones a Chile, ya sabía que me iba a cambiar, pero no sabía a dónde. Patricio siempre me dijo que me ayudaría, así que mantuvimos el contacto. Tres meses después de mi regreso a Estados Unidos, él logró traerme a Orlando. Patricio ha sido mi entrenador durante los tres años que llevo aquí.

 

¿Sientes el apoyo y la confianza de tu entrenador Patricio Alerte?

Sí, él tiene mucha confianza en mí. Para un chileno es complicado que le abran las puertas aquí, así que tuve que ganarme ese lugar en los dos primeros años. Patricio siempre me dice que vio algo especial en mí y me apoya constantemente, dándome consejos, especialmente cuando tengo un mal partido. Me recuerda que estoy aquí por una razón. Siento la responsabilidad de responder a su confianza y de justificar el apoyo que me ha dado. A veces no es fácil, pero hay que esforzarse y ponerle ganas, sin importar las dificultades.

 

¿Cómo ha sido el reciente final de tu tercer año en Estados Unidos?

La temporada de básquetbol del colegio terminó hace un par de meses. Salimos campeones de la Liga Cristiana y en la liga independiente terminamos en tercer o cuarto lugar. Nos fue bien. Ahora que el año académico está terminando, no iré a Chile de vacaciones. Me voy a quedar aquí entrenando y preparándome para el próximo año, porque va a ser muy exigente. Me quedaré todo el verano entrenando. No sé cuándo volveré a Chile.

En la Liga Cristiana, también daban reconocimientos académicos y obtuve un diploma como el jugador con mejores notas. El próximo año jugaremos en la Liga Nacional y en una liga llamada The Green Season, que es una liga internacional con equipos de Puerto Rico, México, Canadá y Estados Unidos. Me quedaré preparándome para eso y también para tratar de obtener una oferta universitaria, que es mi objetivo.

 

¿Cómo es el proceso para obtener una oferta universitaria?

Durante todo el proceso del colegio, los entrenadores universitarios ya te están observando, pero en mi último año esto se intensifica. En los torneos de verano, hay muchos entrenadores universitarios mirando y scouteando, así que de ahí puede surgir una oferta. Hay algunas universidades que prefiero, pero iré a la que me dé la oportunidad.

Mi objetivo es obtener una oferta universitaria y jugar a nivel universitario aquí en Estados Unidos. Aún no tengo claro qué me gustaría estudiar, pero podría ser Negocios Internacionales.al

¿Cuáles son tus objetivos a corto y largo plazo en el básquetbol y en tus estudios?

A corto plazo, mi objetivo es obtener una oferta universitaria y jugar básquetbol a nivel universitario aquí en Estados Unidos. En cuanto a mis estudios, aún no tengo claro qué me gustaría estudiar, pero estoy considerando Negocios Internacionales. A largo plazo, quiero completar mis estudios universitarios y seguir jugando básquetbol a ese nivel. También, me gustaría representar a Chile en la selección nacional algún día y jugar básquetbol a nivel profesional.

 

¿Te gustaría jugar en la liga chilena y representar a Puerto Varas en el futuro?

Sí, me gustaría. Pero mi objetivo principal es seguir desarrollándome aquí en Estados Unidos. Sin embargo, también me encantaría representar a Puerto Varas. No me cierro a ninguna posibilidad, así que si se da la oportunidad, podría ser que sí.

 

¿Cómo te describes como jugador y quiénes son tus referentes nacionales e internacionales?

Soy un base con buena defensa y me gusta armar el juego. Mis referentes nacionales son Sebastián Carrasco, de la Universidad de Concepción, y Nacho Arroyo, que está en España. De los jugadores internacionales, me gusta mucho Stephen Curry.

 

¿Has tenido contacto con la selección chilena y te gustaría representar a Chile algún día?

Hace poco, un técnico chileno en California le mencionó mi nombre al entrenador nacional Manu Córdoba, pero no he tenido contacto directo con ellos. No sabría decir si me están observando, pero definitivamente me gustaría representar a Chile algún día.

 

¿Tienes algún mensaje final para aquellos que te han apoyado en tu carrera?

Quiero agradecer a todos por el apoyo que me han dado. Al Colegio Germania, que aunque me fui hace tiempo, aún se acuerdan de mí. A mi familia, que siempre ha estado ahí para mí. Y al CDSC Puerto Varas, que es una segunda familia para mí.

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